Como se descubrió la reverberación

Post 169 – 23 de Octubre de 2008 - Categoría: Acústica arquitectónica.


Wallace Clement Sabine (1868-1919) fue quién descubrió la reverberación y por eso está considerado el padre de la acústica arquitectónica moderna. Halló la manera de construir espacios donde la música o la palabra se escuchen de forma correcta gracias al control de la reverberación.


En 1890, Sabine era un joven profesor de óptica de la Universidad de Harvard y tenía la fama de científico algo loco pero excelente orador. No tenía una misión asignada en el organigrama de la universidad y en 1985 se le brindó la oportunidad de resolver la problemática de la sala Fogg Lecture Hall. Se consideraba una tarea imposible por los profesores veteranos del departamento de física de Harvard y Sabine aceptó el reto.

 

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La acústica del recinto era pésima y el discurso de los oradores era ininteligible. Lo primero que quiso comprender Sabine era las características que hacían que una sala tuviera una buena acústica. En particular se fijó en el Sanders Theater, que era considerada una sala con buena acústica, y el Jefferson Physical Laboratory, con una acústica tolerable.


Durante los tres años siguientes, Sabine y un grupo de asistentes, hicieron un estudio exhaustivo en la sala Fogg y de una sala con temperatura constante que estaba ubicada en el sótano de uno de los laboratorios de Harvard. Fueron sus cámaras reverberantes de estudio, y con unos cuantos tubos de órgano, un cronógrafo, una batería, un reservorio de aire, un compresor electro-neumático, y su bien disciplinado sentido del oído, Sabine convirtió estos recintos en instrumentos de laboratorio para la investigación del comportamiento del sonido en espacios cerrados.


Él y sus ayudantes se pasaron muchas noches moviendo materiales entre las dos salas y probando la acústica. Lo hacían de noche porqué durante el día eran usadas por los profesores y los estudiantes de la universidad.


Con un órgano de tubos y un cronómetro, Sabine realizó miles de cuidadas mediciones del tiempo requerido para las diferentes frecuencias. Hacía sonar el órgano y cuando lo paraba, empezaba a medir el sonido hasta que este era inaudible. La primera medición obtuvo un tiempo de reverberación de 5,5 segundos, mucho tiempo en el cual el sonido estaba en el espacio. Fue colocando diferentes materials, como alfombras, cojines y personas, para escuchar como la acústica iba cambiando. Sabine comprobó, que el cuerpo de una persona reducía en promedio el tiempo de reverberación tanto como seis cojines. Llegó a utilizar 1500 cojines, con los que obtuvo un tiempo de reverberación de 1 segundo, ideal para la voz.

 

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Sabine fue capaz de determinar que existen relaciones entre la calidad acústica, el tamaño del recinto y la suma de las superficies de absorción. Él, formalmente lo definió como el tiempo de reverberación, que sigue siendo actualmente la característica más importante para medir la calidad acústica de una sala.


Para reducir la reverberación de la sala Fogg, la cubrió las paredes con fieltro que es un absorbente acústico. Aunque no fue una solución ideal, la acústica mejoró y pudo utilizarse la sala para dar conferencias.

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