El canto de las sirenas

Post 111 - 10 de Marzo de 2008 - Categoría: Acústica ambiental y ruido.

 

El científico alemán Karl-Heinz Frommolt, responsable del archivo de sonidos animales del Museo Humboldt en Alemania, cree haber identificado el famoso canto de las sirenas. Frommolt y su equipo se desplazaron al conjunto de islas llamadas Le Sirenuse o Li Galli, en la costa de Amalfi, en Italia, para realizar su estudio acústico. En estas islas italianas es donde la tradición dice que Ulises escuchó, atado al mástil, el canto de las sirenas.


El archipiélago consiste en tres islas principales, Gallo Lungo, La Castelluccia, y La Rotonda, identificadas con el nombre de Li Galli, o los Gallos. Y luego existen una isla más cerca de la orilla, la isla Isca, y a medio camino entre Li Galli e Isca, hay un afloramiento prominente rocoso que sale encima del agua, Vetara.

 

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Islas de las sirenas.

Foto de Libenter

 


Su equipo identificó una configuración de rocas que amplificaban el sonido procedente de la isla hacia el mar. Mediante un equipo habitual para mediciones acústicas, emitieron sonido rosa por los altavoces y estuvieron haciendo mediciones. Comprobaron que el nivel de sonido a 400 metros de distancia, era superior que a los 300 metros.


El fenómeno debe ser por tres causas: una concentración de rayos sonoros, a través de las rocas de dos islas con reflexiones entre ellas; reflexiones del sonido en la superficie del mar y por las condiciones atmosféricas de inversión térmica. Este tercer punto se explica por el conocido fenómeno de que, a largas distancias, el sonido puede ser escuchado mejor que a cortas distancias. Esto es debido a que el cambio de temperatura en la atmósfera influye en el transporte del sonido. Cuando tenemos una inversión térmica, es decir, capas inferiores frías y superiores calientes, el sonido de las capas superiores baja a las inferiores y refuerza este sonido. Por tanto tenemos una pequeña amplificación natural. El mar se encuentra a menor temperatura que el aire, y por lo tanto, hace que el aire se estratifique en capas de aire que a medida que subimos son más calientes, tenemos inversión térmica.

 

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Vista aérea, donde observamos las dos islas que producen la concentración de rayos sonoros.

El sonido que atraviesa su canal queda reforzado.

 


Sin embargo, las pruebas realizadas en estas rocas, mostraron que la voz humana no puede llegar a grandes distancias. Los marineros que escuchaban los cantos de sirena lo hacían desde sus barcos y estaban a una distancia suficientemente lejos de la costa para no embarrancar.


Las focas monje habitaban en muchas de las islas mediterráneas. Frommolt es biólogo y conoce bien el grito de las focas monje. Su grito puede ser escuchado a mucha más distancia que la voz humana, e incluso pueden entonar canciones, o algo parecido. Quizás ahí pueda estar la respuesta a la cuestión sobre el canto de las sirenas.


El fenómeno acústico de amplificación existe y quizás los marineros que pasaban por allí escuchaban los gritos de las focas monjes, que debido a las condiciones de viento que hay siempre en el mar y ruido de fondo, acababan pareciéndose a una canción. De allí hasta el libro la Odisea, quién sabe cómo pudo llegar. Algunos historiadores y filólogos nos hablan que las sirenas eran pájaros. Quizás sólo sea una hipótesis basada en una interpretación demasiado literal de los mitos y las sirenas sólo estaban en la imaginación de los marineros. Algunos historiadores y filólogos nos hablan que las sirenas eran pájaros.

 

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Representación de Ulises.

Foto de Ana Corbalan

 

 

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